Entrevista Mary Carmen Delgado, autora de «Las Can»

Autor: Almudena Morales Victoria Márquez
20151204_182403.jpg

Mary Carmen Delgado durante la entrevista en Triana

Mary Carmen Delgado es una escritora sevillana que dedica el día a su trabajo en un banco y utiliza las noches para escribir. “Las Can” han sido su carta de presentación en el mundo literario haciendo llegar a todos, a través de la imaginación y la fantasía, las aventuras de su niñez en un intento de que esta nueva generación de niños no pierda los valores y juegos que han marcado tanto a sus padres como a sus abuelos. Simpática y con ganas de contar su historia, nos ha dejado ahondar un poco en todo lo que la rodea en estos momentos de satisfacción personal que está viviendo.

¿Cómo has llegado a ser escritora?
Un día le dije a mi familia y a mis amigos: “voy a escribir un libro”. Y no se lo creyeron. Esto nunca lo he dicho, yo solía soñar y después le contaba los sueños a mi marido y él me decía que podía escribir un libro con los sueños que tenía. Cuando estaba en el instituto, nos mandaron hacer un trabajo sobre algo fantástico y recuerdo que el argumento era el de “La ciudad dormida”, no tan extenso pero era ese. Mientras lo estaba leyendo todo el mundo estaba callado y cuando terminé todos aplaudieron. Con ese cuento, o como le queráis llamar, siempre me quedé con la cosa de que era muy bonito y le dije a mis amigas que iba a escribir nuestra historia, nuestras aventuras de cuando éramos pequeñas. Yo soy muy imaginativa y les dije que tenían que ponerse nombres ficticios, siempre algo que tenga que ver con la personalidad o con el nombre de cada una para podernos identificar, por si el libro llegaba al cine. Después todas contábamos peripecias que habíamos vivido y así nacieron “Las Can”. El libro gustó muchísimo, sobre todo a mis niñas que les encantó la historia, y decidí escribir un nuevo libro. Yo escribía por las noches y, como era lo último que escribía, eso hacía que soñara y al día siguiente lo que había soñado lo plasmaba. Yo no soy consciente de lo que escribo ya que lo hago muy rápido y las manos funcionan solas, por lo que al leer lo que he escrito me sorprendo de que eso se me haya ocurrido a mí. Las historias se escriben solas.

¿Qué ha sido lo más difícil a la hora de publicar un libro?
Primero, aprender cómo hay que publicar, mi sector es la banca y no tiene nada que ver con esto. Segundo, llamar a las puertas para autopublicar. Tercero, aprender a autopublicar, porque esto no es fácil y te encuentras muchas dificultades, como que están en formato ebooks pero no físicamente. que el libro se está vendiendo pero no se actualizan las ventas. El autor tiene que escribir, tiene que promocionar su libro, venderlo, y distribuirlo por el sistema de autopublicación. Empiezas a pensar que es muy difícil, cada paso que daba era aprender y era un mundo. Ahora ya no. Con Punto Rojo para mi es totalmente distinto.

¿Qué escritores y qué libros te han influenciado más? ¿Tienes algún libro favorito?
Yo he leído muchísimo y he tenido escritores que me han influenciado en función de la edad. Cuando era más pequeña me gustaban muchísimo las historias de “Los Cinco” de Enid Blyton hasta el punto que teníamos un pastor alemán y le pusimos Tim como el perro de las aventuras de “Los Cinco”. De hecho, durante el curso no leía y estaba deseando que llegara el verano para leerme los libros de “Los Cinco”. Otro libro que también me encantaba era “Las mellizas O’Sullivan”, que trataba de dos hermanas y sus aventuras en el colegio. Cuando llegué a la adolescencia, hubo un libro que me influenció mucho y era “El diario de Ana María”. La historia consistía en una niña rebelde en la adolescencia y cómo evolucionaba y cambiaba su vida. En mi época más madura he leído muchísimo y ha habido autores que me han gustado muchísimo, aunque mi favorita es Matilde Asensi porque me gusta todo lo que escribe. Y aunque parezca mentira, yo soy una niña en el fondo y a mí no me puede dejar de gustar lo que le ha gustado a tanta gente: Harry Potter. Me gustaba leerlos porque cuando llegaba al cine, aunque las películas son muy buenas, los libros son mucho mejores y para mi J.K. Rowling tiene una imaginación que me gusta muchísimo.

Respecto a J.K. Rowling, hemos visto que te han comparado con ella, ¿qué se siente al ser comparada con una de las escritoras más importantes de nuestra era?
Se siente muy mal (se ríe). Dicen que las comparaciones son odiosas, ojalá me pudieran comparar con ella. Al principio yo no me lo podía creer cuando lo vi, pero es una persona a la que admiro, que ojalá se me pudiera comparar con ella. No sé qué deciros porque la primera vez que lo vi no me lo podía creer. Yo trabajo en un banco y cuando vi esto me dio vergüenza que algún cliente se acercara, pero sí es verdad que cuando te haces a la idea y ves que te han comparado con alguien que es la número uno en esto a nivel internacional, pues te sientes orgullosa. Se dice que a ella le costó mucho que se fijaran en su libro y, aunque no sé adónde llegará esto, he tenido un poco más de suerte en ese sentido.

¿Por qué elegiste el ámbito juvenil?
Eso tiene muy fácil explicación. Yo tengo dos niñas, ahora imagínate unas cuantas parejas de mi edad con niños y con los móviles en una feria de Sevilla, y todos hablando a través de los móviles en lugar de hablar, de jugar cuando lo más bonito que hay es hablar y pasarlo bien. No estoy en contra de la tecnología porque la uso mucho pero creo que cada cosa tiene su lugar, no se puede perder la comunicación, sobre todo entre jóvenes, y el problema es que la era que viene es una era tecnológica y los niños están acostumbrados a una máquina. Yo quería transmitir con las aventuras de “Las Can” las aventuras de nosotras cuando éramos chicas para que los niños conozcan como jugábamos antes, porque eso se va a terminar perdiendo. Si nadie deja constancia, esos juegos se van a perder. Entonces yo quería dejar escrito cómo nos divertíamos antes, después querrán jugar o no pero que no se pierdan nuestros juegos. Ya que me dirijo a ese tipo de público, también quise que aprendieran y por eso cada libro se basa en una época histórica, así cuando terminan de leer tienen cultura sin darse ni cuenta. El primer libro se basa en Pompeya, el segundo en la primera mujer piloto que desapareció en circunstancias desconocidas, el tercero en una joya del Rey Salomón y el cuarto de la única reliquia de Cristo que desapareció en las Cruzadas. Entonces empleó la fantasía para trasladar la resolución del misterio a Sevilla.

Entonces en tus libros también escribes con un lenguaje adecuado al público al que te diriges
Pues depende del libro. El primero va adecuado más a literatura infantil, el segundo y el tercero van avanzando y ya el cuarto es un poco más adolescente. Al principio yo escribía de la misma manera en que les hablaba a mis niñas, pero en cada libro la historia se pone más compleja, hay que ir atando cabos desde distintos puntos de vista para después enlazarlos en un misterio y al final la mente no piensa como un niño. El mismo modo, yo también he ido evolucionando pues el lenguaje que uso ahora no es el mismo que usaba antes, la mente va aprendiendo. De hecho “Las Can” tienen la edad del lector. No acoto porque quito mercado, y me gusta que niños de varias edades se sientan identificados. Por concretar un poco más, se trata de una edad adolescente.

¿Tus niñas te han ayudado mucho a la hora de dar ideas o escribir?
Tengo muy poco tiempo para estudiar con ellas, pero hay algunas veces que me piden que les pregunte sobre lo que están estudiando y al hacerlo se me ocurre una historia y ya sé de qué va ir el próximo libro. Uso distintos conceptos y cosas que ellas están dando para darle forma al libro y que aprendan. Mi hija mayor se los lee y la pequeña se los está empezando a leer, pero cuando empecé a escribir a la pequeña se lo leía yo y le ponía música ambiente, que para mí es “One Secret” de Beethoven porque me inspira para escribir.

¿Estarán orgullosas de tener una madre escritora no?
Pues al principio no porque les daba vergüenza, pero ahora están viendo que los libros están siendo recomendados, que hay entrevistas, todo lo que está moviendo y están que no se lo creen, están encantadas. Hay que entender que este no es mi trabajo, entonces al principio me sonaba raro la palabra “escritora” aunque una se va acostumbrando a ello.

¿El proceso creativo para el libro cómo ha sido?
Mis amigas y yo hemos tenido una infancia muy bonita. Pasábamos los veranos en una aldea que no estaba muy avanzada tecnológicamente porque no había farolas, no había tiendas, si queríamos un juguete no había un sitio donde comprarlo. Pero éramos muy felices, no necesitábamos nada. No teníamos playa pero teníamos campo, no teníamos piscina pero teníamos alberca, no había sombrillas pero teníamos árboles, no teníamos ducha pero el agua se ponía en bidones de plástico que se calentaba en el patio para después lavarnos. Construíamos cabañas, guaridas secretas e incluso una vez construimos un avión –de ahí viene la idea del segundo libro pues realmente construimos un avión- aunque después nos estrellamos en la rivera. Lo hemos pasado tan bien que muchas veces decíamos que nos gustaría construir una máquina del tiempo y con los libros lo que he creado es una especie de máquina del tiempo porque cuando todas los leemos, volvemos a estar todas juntas allí. Cuando yo me pongo a escribir mi cabeza no está en ese despacho, mi cuerpo sí pero mi mente está con todas mis amigas siendo una niña o adolescente pasándomelo estupendamente y eso es lo que intento, trasladar al lector.

Has mencionado que el libro se basa en tus aventuras junto con tus amigas, ¿pero por qué el nombre de “Las Can”?
Porque can es poder en inglés, el verbo “to can”. En un principio nos pusimos muchos nombres, pero al final decidimos Can porque nosotras solíamos ganar contra los niños y otros equipos, teníamos nuestro código secreto y además un himno secreto que se basaba en el “Equipo A”. Además los personajes son reales pero con nombres ficticios. Como estos libros están destinados a niños no se puede decir una palabra mal sonante, entonces hubo un momento en el cuarto libro en el que una de Las Can encuentra un muerto y dice “caray, un muerto” y esa no era la expresión, pero hay que adaptarlo a un lenguaje apto para todos.

¿Tus libros han tenido la expectación que esperabas?
Han tenido más porque yo no esperaba esto. Siempre les decía de broma a mis amigas que se pusieran nombres ficticios por si esto llegaba al cine que pegasen en cualquier idioma, entonces todas nos hemos puesto nombres internacionales. Es verdad que nos va a venir bien porque la editorial ha recibido interés en traducirlo en inglés, francés, italiano y portugués pero esto lo empecé por autopublicación porque nadie apuesta en alguien que no conoce. Ahora estoy con una editorial, Punto Rojo, y se están vendiendo los libros, están gustando, se siguen ampliando porque es el primero el que va abriendo mercado. El que lee el primero lee el segundo, el tercero y el cuarto y están gustando. Además del interés por traducirlo hay proyectos culturales que se están estudiando de los que no puedo hablar, pero no me esperaba esto.

Supongo que a ti te gustaría llevarlo al cine, ¿no? ¿No tienes miedo de que destrocen la esencia del libro?
Hombre claro, pero yo creo que cualquier autor quiere verlo en la gran pantalla. Aunque me lo pensaría mucho, porque puede ser que a lo mejor ya me lo hayan dicho, pero me da miedo que una mala película destroce la saga. El libro, como todo producto, necesita comunicación y distribución y en este mundo ambas variables son muy difíciles de conseguir. El libro todo el que lo lee le guste pero hay que conocerlo, entonces al final todo lo que se conoce acaba conociéndose porque alguien ha apostado y lo ha llevado a la gran pantalla. ¿Cuántos buenos libros pueden haber y no se conocen? Por eso en el marketing es tan importante la política de comunicación.

¿Entonces te gustaría estar implicada en el proceso?
Claro, no es mi trabajo y eso para mí significa mucho. Cuando le dije a la editorial de ceder los derechos, lo que dejé claro es que quería los precios los más baratos posibles, aunque tuviera que llevarme el menor margen posible. Lo que me gustaría con mis libros es ayudar y concretamente ahora voy a hacer proyectos dedicados expresamente a temas benéficos. En el momento en el que yo pierda el derecho de los libros pierdo el derecho de poder ayudar. Mientras más grande sea, más gente se beneficiaría y a más gente podría ayudar.

¿Tienes algún proyecto nuevo en mente?
Sí. Lo que pasa es que no tengo tiempo, pero estoy trabajando en un nuevo proyecto ya. Para mí “Las Can” es un producto con distintas unidades de negocio. La más importante son los libros, pero yo tengo registrada la marca de “Las Can” para que sean un producto. Y tengo proyectos culturales de diversas índoles que están ahí pendientes y en un futuro espero que arranquen, y que tiren de los libros también, porque todo al final va a estar interrelacionado.

¿Cuántos libros tienes pensado para la saga?
Hasta ahora tengo 8 libros en mente. Tengo cuatro libros publicados, el quinto se publica en abril, y el sexto está casi acabo.

Si no es mucho preguntar, ¿quién eres “Las Can”?
Para saber eso hay que leer el libro, no puedo decirlo. Mis amigas y yo somos fáciles de identificar. A una de Las Can le encantaba hacer perfumes con flores de pequeña y ahora tiene una empresa de jabones naturales, otra es peluquera, uno es alcalde, otro abogado… Cada uno tiene su personaje en el libro, y seguimos viviendo aventuras para poder seguir escribiendo.

¿Nos podrías contar alguna anécdota de los libros?
Los libros son todo anécdotas. En el primero, “La ciudad dormida”, ocurrió de verdad. Mis amigas y yo estábamos aburridas y pensamos en engañar a los niños haciendo un mapa para luego esconderlo y que ellos lo encontrasen. La realidad es que le metimos dinero y pasamos una tarde fabulosa jugando a un futbolín que había por allí. Pero esta aventura ha dado pie a “La ciudad dormida” en que lo que encuentran no es dinero, sino algo más. En el segundo, “El avión desparecido”, hicimos un avión a base de madera, pero la realidad es que cuando llegamos a la rivera el avión se descuajaringó, nos caímos al agua y nos echaron una bronca que no veas. Por centrarnos en la novedad del último, “La sagrada reliquia”, que para mí es muy especial. Hay un cortijo que actualmente está en ruinas pero que yo conocí cuando todavía no estaba destrozado por el tiempo y a la intemperie. Era una casa señorial, con iglesia, y una capilla. Es para leerlo por las descripciones. Allí veíamos ovnis porque no había farolas. Nos iluminaban las estrellas y por la noche veíamos cosas rarísimas.

Entonces, ¿el cuarto libro es más especial para ti?
El cuarto para mí es muy especial. Pasé de escribir menos de 100 páginas a 260 páginas. La forma en la que escribí también es distinta. Es Berrocal, pueblo de mi familia por parte de mi padre. Se llama “La sagrada reliquia” porque mi padre ya no vive y él es mi sagrada reliquia. El libro va dedicado a mi padre y también es muy bonito con mucha aventura y misterio.

¿Te has planteado dejar tu trabajo alguna vez?
No. A mí me gusta mi trabajo. Siempre he pensado que si me toca la lotería yo seguiría trabajando. Y para mí lo primero, por este orden, es mi familia y mi trabajo. Y los libros un hobby con lo que me gustaría ayudar.

¿Y cómo consigues llevarlo todo a la vez?
Yo no me cuido, hace mucho tiempo que dejé de mimarme. El trabajo se trata de organizarte, el trabajo y mi familia lo compagino porque es mi día a día. Los libros, pues… escribo de noche y los fines de semana. Busco tiempo porque me gusta escribir, para mí es un deporte para la mente. Lo único que ocurre es que la editorial tiene previsto sacar dos libros al año y no sé si voy a poder seguir aguantando el ritmo.

¿Qué les dirías a los jóvenes escritores?
Qué tienen que estar preparados y que no se desanimen nunca. No se sabe cuándo se va a abrir la puerta, y cuando esta se abre tiene que estar preparado para cruzarla. Esto es cuestión de suerte, pero si tú no estás preparado no la vas a poder cruzar. Y no te puedes rendir, porque la vida depende muchas veces de estar en el momento oportuno y el tren quizá solo pase una vez.

¿Estar preparado en qué sentido?
Pues que el escritor tenga sus novelas preparadas, su dossier y su marketing y política de comunicación. Hay muchas ofertas y no se puede esperar a que el producto se venda solo, actualmente hay una red social con millones de mensajes y el tuyo puede pasar desapercibido. El escritor tiene que mover su producto porque si él no lo mueve nadie lo va a hacer.

Deja un comentario