El número de librerías aumenta en 2015

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Libreria Los Editores en la calle Gurtubay en Madrid. / JAIME VILLANUEVA (EL PAÍS)

Durante siete años se ha hablado innumerables veces del inminente cierre de las librerías debido al auge de la venta y compra por Internet así como por la aparición de los libros electrónicos. Pero parece ser que el 2015 ha sido un año de recuperación y, según los primeros datos recogidos por la Confederación de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), se han abierto este año más de 200 nuevos establecimientos. Esta apertura de nuevos negocios va a permitir que el sector librero remonte el vuelo, ya que la venta de libros ha seguido cayendo con respecto al 2014.

Entre 2008 y 2014 llegaron a cerrarse casi la mitad de los establecimientos dedicados a venta de libros en España, que pasaron de 7.000 a unos 3.600, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) y los estudios de la CEGAL. Una de las Comunidades Autónomas más afectada por estos cierres ha sido Cataluña, que perdió casi el 30% de sus puntos de venta.

A pesar del cierre de establecimientos emblemáticos como la «Negra y Criminal» de Barcelona o la «Cervantes» de Salamanca, la apertura incesante de negocios de menor tamaño ha dado la vuelta a estas estadísticas. Según ha comentado el presidente de la CEGAL, “los problemas no han desaparecido y los cierres continúan, pero está surgiendo un nuevo concepto de librería. Son comercios más pequeños, más especializados y que, en algunos casos, intentan atraer público con actividades o con la venta de otros productos. Se ha seguido perdiendo empleo, porque cierran librerías grandes y abren otras pequeñas sin apenas empleados. Aun así, la sensación general es más positiva”. También ha comentado que esto ha sido posible por el estancamiento del libro electrónico debido a la distribución de copias piratas de este.

Ángel Tijerín fue despedido cuando cerró la librería en la que estaba trabajando, «La Formiga d’Or», que llevaba abierta desde 1885. Ahora ha abierto su propia librería cerca del Palau de la Música bautizada con el nombre «On the Road» y como él mismo nos relata, “con el paro no iba a vivir, así que, aunque todos me decían que estaba loquísimo, decidí empeñarme e instalarme por mi cuenta”. Es un pequeño local sin ningún empleado y reconoce que es difícil llevar adelante un negocio pero “con que entre la gente, eche un vistazo y me diga que le gusta, me siento encantado”.

Fuente: El País

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